Hace unos dìas atrás alguien me comentaba que en la vida el uno por ciento es inspiración y el noventa y nueve por ciento del éxito, es la perseverancia. No lo creo así.
En realidad el amor, que es la energía que mueve al mundo, es posible gracias que el ciento por ciento de ella camina por la inspiración.
Muchas veces existen parejas que lo tienen todo para ser felices y de pronto se arruinan, y cada uno dice por su lado “se acabó la magia”, “se nos murió el amor”, faltó inspiración; mientras tanto somos testigos de grandes amores que son capaces de enfrentar cualquier problema, y siguen adelante porque jamás dejan de encontrar la magia en su día a día.
¿Dónde está la inspiración? ¿Por qué se acaba? De mi experiencia personal puedo decir que ésta falta, cuando cometemos el grave y frecuente error de colocar nuestra confianza y esperanza en nuestro novio (enamorado, amigovio, o como lo quieran llamar). Cuando pensamos que la otra persona es quién debe hacernos felices y esperamos recibir lo mismo que damos, y nos empecinamos en que sea la otra persona que nos regale flores y sea nuestra fuente de inspiración y amor sincero.
La inspiración para seguir adelante está dentro de nuestro corazón y toda la fuerza que de él podemos obtener es incalculable. Con él somos capaces de perdonar, de amar, de ser fieles a nuestros principios, de no apegarnos a pertenencias, ni a las personas; sino que permanecemos libres de toda mentira y frase hiriente.
Es en el corazón de cada uno de nosotros donde late la inspiración, esa magia que nos hace trascender del dolor, que sin duda podemos sentir. Y saber que no hay nada mejor que la libertad de ser quienes somos, sin importar que puedan decir los demás.
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