La primera fundación de Guayaquil se realizó a orillas del río Babahoyo y la realizó Sebastián de Benalcázar el 25 de julio de 1535; ciudad que más tarde fue destruida por los huancavilcas. La segunda fundación se hizo en 1536, por el capitán Francisco de Zaerà. El 25 de julio de 1538 Francisco de Orellana, refundó la ciudad en el Cerro Verde. En 1547, el Rey de España concedió a la ciudad Escudo de Armas y la denominó: “Noble y leal”.
Miguel Letamendy, León Febres Cordero y Luis Urdaneta, estos militares armaron la gloriosa jornada de octubre en unión de José Villamil, Gregorio Escobedo.
Luis Fernando Vivero, los hermanos Lavayen, Lorenzo de Garaicoa, Marcos Elizalde, Franco Dabuso y otros jóvenes valerosos; desde la noche del 8 de octubre actuaron con inteligencia y precisión, dirigidos por José de Antepara, figura de relieve en la Independencia Americana.
Todo se cumplió en la mañana del 9 de octubre, mujeres, hombres y niños se regocijaron en las calles. El sonido de las campanas unía a la muchedumbre en el Cabildo. A Olmedo se le encargó el Gobierno Civil, a Febres Cordero se le nombró Jefe Supremo de la Provincia, aunque después no aceptó porque manifestó su deseo de socorrer a sus hermanos de Quito. Inmediatamente se formó la Junta Gubernativa, compuesta por Escobedo, Espantoso y Ximena. Como secretario se le nombró al cotopaxense Luis Fernando Vivero, jurisconsulto y escritor notable. Gregorio Escobedo aceptó la Jefatura Militar.
Miguel Letamendy, León Febres Cordero y Luis Urdaneta, estos militares armaron la gloriosa jornada de octubre en unión de José Villamil, Gregorio Escobedo.
Luis Fernando Vivero, los hermanos Lavayen, Lorenzo de Garaicoa, Marcos Elizalde, Franco Dabuso y otros jóvenes valerosos; desde la noche del 8 de octubre actuaron con inteligencia y precisión, dirigidos por José de Antepara, figura de relieve en la Independencia Americana.
Todo se cumplió en la mañana del 9 de octubre, mujeres, hombres y niños se regocijaron en las calles. El sonido de las campanas unía a la muchedumbre en el Cabildo. A Olmedo se le encargó el Gobierno Civil, a Febres Cordero se le nombró Jefe Supremo de la Provincia, aunque después no aceptó porque manifestó su deseo de socorrer a sus hermanos de Quito. Inmediatamente se formó la Junta Gubernativa, compuesta por Escobedo, Espantoso y Ximena. Como secretario se le nombró al cotopaxense Luis Fernando Vivero, jurisconsulto y escritor notable. Gregorio Escobedo aceptó la Jefatura Militar.
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