04 diciembre, 2009

El dìa de ayer

Como últimante la ciudad de Guayaquil esta recibiendo un sol canicular todos los días que estoy en la oficina comentaba con este sol provoca estar en la playa, hasta que este comentario se me fue transformando en un deseo caprichoso y como tengo una crisis de stress terrible, ayer decidí darme una escapada para la playa.
Pero en la mañana recibí una fastidiosa llamada de la oficina para que pase por una factura que no encontraba y que supuestamente estaba en mi cajòn que esta con llaves (llaves que tenìa yo), bueno que rabia tener que ir para la oficina, bueno fui y la mugrosa factura no estaba en mi cajòn, sino en el escritorio de un mamerto que es un mongolo bien dicen no hay peor cosa que un tonto con iniciativa ( ese es tema de otro post), el asunto en ese momento con toda la rabia que me habían hecho perder tiempo y ya un poco desganada me fui al terminal compre el boleto y a las 11: 10 salio el carro a la 1 p.m. llegue a la playa. Cuando vi el maravilloso sol se me quito el coraje bueno me saque la ropa en bien alquile la carpa y al agua se ha dicho, que bestia de olas me arrastaron como quisieron venían tan seguidas que cuando me paraba del arrastrón PUM volvía a ser arrastrada (tendré que aprender a nadar), el sol riquísimo, la arena super caliente y el mar divino que màs se le puede pedir a la vida, a las 5 pm ya me regrese para Guayaquil y a las 7 de la noche llegue al terminal, toda quemada y con el tobillo izquierdo abollado pero feliz.
Pd: antes que se acabe el 2009 me vuelvo a escapar pero ahora si quiero estar todo el dìa, ojalà y ningùn boca abierta trate de dañar mi escapada a la playa.

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